El trabajo de los jóvenes, en la cuerda floja: la IA ya está pegando el primer gran golpe.
En las últimas semanas, se ha oído con fuerza que la inteligencia artificial (IA) está aquí para revolucionar el mercado laboral. Pues bien, un estudio reciente, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Stanford, pone datos sobre la mesa y confirma los peores miedos: la IA está afectando ya, y de forma desproporcionada, a los más jóvenes y recién llegados al mundo laboral.
El estudio, basado en datos de nóminas de millones de trabajadores en Estados Unidos, es contundente. Ha demostrado que, desde finales de 2022, los trabajadores de entre 22 y 25 años en profesiones muy expuestas a la IA, como los desarrolladores de software y los agentes de atención al cliente, han visto cómo su empleo ha caído un 13% en relación a otros grupos.
Pero, ¿por qué los jóvenes?
La respuesta que dan los autores del estudio es tan lógica como preocupante. La IA está diseñada para automatizar tareas que se basan en el conocimiento formal, ese que se aprende en la universidad. En cambio, le cuesta mucho más replicar el conocimiento tácito, el que se adquiere con la experiencia, el “saber hacer” que los trabajadores más veteranos ya tienen. Es por eso que el empleo de los trabajadores más experimentados no se está viendo afectado, e incluso sigue creciendo. Y esto podría afectar también a la educación y formación de los más jóvenes.
Esto no es un fenómeno aislado de las empresas de Silicon Valley. El estudio ha comprobado que esta tendencia se mantiene incluso cuando se excluyen empresas tecnológicas y puestos que permiten el teletrabajo. Esto nos deja con un dato claro y crudo: el problema va más allá del sector tecnológico y podría estar afectando a toda la economía. La burbuja tecnológica de la IA de la que ya hablamos hace tiempo, ha llegado.
¿Y qué pasa con España?
Aunque el estudio se centra en Estados Unidos, sus conclusiones son un espejo en el que España debe mirarse de forma urgente. Si la IA está devorando los puestos de entrada en un país con un mercado laboral flexible, ¿qué podemos esperar en uno como el nuestro, con una precariedad juvenil crónica y una alta tasa de desempleo?
Las señales de alarma son obvias:
- Más allá del sector tecnológico: La IA no solo automatiza la programación o la atención al cliente, sino que también afecta a puestos de marketing, consultoría, finanzas y otros muchos oficios que hasta ahora se consideraban a salvo.
- Paro juvenil galopante: Con un paro juvenil que ya es de los más altos de Europa, la llegada de la IA podría agravar la situación, dificultando aún más la entrada de los jóvenes en el mercado.
- Brecha de experiencia: La brecha entre los que tienen experiencia y los que no, se hará aún más grande. Los jóvenes que pierdan sus trabajos no solo se enfrentarán al paro, sino que también verán mermadas sus oportunidades de ganar esa experiencia que tanto valoran los empleadores.
Acciones urgentes para evitar el “futuro sin ascensor”
Si queremos evitar un futuro en el que los jóvenes no puedan ni siquiera poner el pie en el primer escalón de la carrera profesional, hay que actuar ya.
- Reformar la educación: Es imprescindible que la formación universitaria se centre menos en el “conocimiento formal” (el que la IA puede replicar fácilmente) y más en habilidades blandas, el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas.
- Fomentar la formación continua: No podemos esperar a que los jóvenes se queden descolgados. Hay que crear y subvencionar programas de formación a lo largo de toda la vida laboral para que los trabajadores adquieran las habilidades que la IA no puede reemplazar.
- Incentivos para la contratación de jóvenes: El Gobierno debe crear incentivos fiscales para que las empresas no vean a los trabajadores jóvenes como un “riesgo”, sino como una inversión.
- Pacto de Estado por el futuro del trabajo: Es el momento de que todos los actores políticos, empresariales y sociales se sienten para diseñar una estrategia nacional que prepare a España para esta revolución. No podemos seguir con parches, la IA es un tsunami que necesita de un plan serio y a largo plazo.
La IA no tiene por qué ser una amenaza, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados. Si no tomamos medidas, los jóvenes de hoy serán los “canarios en la mina” de un futuro sin oportunidades. El momento de actuar es ahora.